Este curso me he propuesto ir recogiendo en documentos algunas
propuestas que hago fuera de los libros de texto para poder
compartirlas, recordarlas y mejorarlas en cursos futuros. En este caso he recogido todo el proceso que hemos desarrollado desde el día que recibimos la receta para hacer una brocheta de frutas hasta el día que salimos a la frutería a comprar los ingredientes y nos la comimos acompañados por nuestros familiares. Es una propuesta llena de maravillosas oportunidades para leer, escribir, calcular, contar...en contexto y con la que cerramos la unidad dedicada a la alimentación. Al final de la entrada tenéis el documento en pdf para descargar.
En la entrada Leemos y escribimos para hacer brochetas de frutas ya os conté cómo hicimos la actividad hace 3 años así que no me voy a detener mucho en ello.
En primer lugar, recibimos la receta en el aula. Sin nombrar la palabra "receta" preguntamos a los alumnos qué puede ser eso, qué creen que pone o para qué sirve. Anotamos sus ideas previas.
Después creamos una lista conjunta de lo que necesitamos para poder hacerla. Según el tiempo que tengamos, podemos hacer una lista más completa incluyendo platos, palos, servilletas, etc. Yo este curso tuve menos tiempo porque coincidió muy cerca de la celebración de Carnaval así que sólo escribimos la lista de las frutas necesarias.
Primero realizamos en un DINA3 la lista colectiva que veis. Salieron voluntarios a escribir los nombres de las frutas y dejamos un hueco para calcular y escribir después las cantidades. De acuerdo con el enfoque comunicativo, yo les animo a escribir "a su manera" el nombre de las frutas pero en este caso, las alumnas que escribieron, prefirieron copiarlos de la receta.
Después llegó el momento de calcular cuánta cantidad de cada fruta íbamos a necesitar y apuntarlo. En la receta no tenemos datos para saberlo y los niños suelen plantear cantidades "locas" con los números que conocen o sugieren comprar 20 piezas de cada fruta. Les expliqué que esto es mucho porque normalmente no desayunamos tanta fruta En la brocheta vamos a pinchar sólo trozos, así que necesitaremos menos.
Llamamos a mi compañera Isabel por teléfono y nos dijo que cada equipo debía comer 2 piezas de fruta de cada tipo. ¿Cuántas necesitaremos comprar entonces? Lanzar esta pregunta en el nivel de 3 años, cuando aún no han tenido mucha experiencia en la resolución de problemas, va a dejar pocos resultados lógicos así que lo que hicimos fue usar frutas de plástico. Nos las dejó Almudena mezcladas con animalitos por lo que, la primera tarea, fue separarlos.
Yo tengo el grupo dividido en 4 subgrupos (azul, verde, amarillo y rojo) así que dibujé en la alfombra cuatro cuadrados y marqué cada uno con una tarjeta de color. Tal y como nos había dicho Isabel, debíamos colocar 2 piezas de cada fruta en cada equipo. Ya esto resultó complicado para algunos niños pero fue precioso ver cómo los que estaban alrededor ayudaban a los que colocaban la fruta explicando verbalmente cómo debían hacerlo, rehaciendo los conjuntos de fruta para igualarlos y, en definitiva, poniendo en juego un lenguaje y unos procedimientos matemáticos muy ricos. Yo me limité a observar y sólo hacer preguntas o comentarios como "¿Crees que ya has colocado dos en cada equipo?" o "cuando creas que has terminado puedes parar".
Matemáticamente es interesante que cojan las frutas de un recipiente en el que haya más de las necesarias. Si dejamos sólo las 8 que vamos a necesitar, el alumno deberá repartirlas (que tampoco está nada mal como propuesta); pero si hay más, él debe decidir cuándo parar. Y el tomar esta decisión a mi me parece muy importante ya que no suele tener muchas oportunidades para hacerlo.
Una vez que tenemos dos piezas de cada fruta en los equipos, tenemos que contar el total que hay que comprar. Aquí hubo niños que primero sacaron todas las piezas de la misma fruta y después las contaron. Algunos, previamente, las colocaron en una fila. Otros niños las iban contando a medida que las sacaban de cada equipo de forma que una vez que habían juntado todas las mandarinas, ya las tenían contadas.
En esta fase, en general tuve que ayudar, porque aún hay alumnos con problemas de enumeración.
Después, los niños fueron escribiendo las cantidades en la lista de la compra. Algunos trazaban el 8 "a su manera" y otros necesitaban copiarlo.
¡Ahora nos tocaba salir de compras! Con idea de trabajar la escritura del nombre de manera funcional y significativa y tener organizado lo que va a hacer cada alumno el día de la salida a la frutería; realizamos también una lista entre todos de lo que debemos llevar y quién se va a encargar: bolsas, monedero, las listas, etc.
Para asignar quién llevaría cada cosa, lo que hice fue meter todos los nombres en un saquito. Después leíamos una tarea, un niño sacaba un nombre al azar para que la realizase, lo leía y el que le había tocado, escribía su nombre junto a lo que debía llevar el día de la salida. Ese mismo niño era el encargado de sacar del saco y leer el siguiente nombre.
Para que todos los niños tuviesen algún cometido el día de la salida a la frutería, también asignamos encargados de pedir cada fruta y de llevarla. Para esto último elegimos dos o tres niños para que se pudiesen repartir el peso.
¡Vamos a la frutería! Ese día repartimos lo que tiene que llevar cada uno y repasamos las normas fundamentales: andar despacio, saludar educadamente en las tiendas, tocar la fruta sólo con guantes, etc. En la frutería el encargado de pedir cada fruta "leyó" lo que necesitaba comprar y la cantidad e introdujo en la bolsa las piezas necesarias mientras todos le ayudábamos con el conteo.
Y por último...¡a comer! Al día siguiente de la salida invitamos a los familiares que pudiesen para ayudarnos a leer la receta y preparar la fruta.
Prepararon además unas actividades muy chulas sobre la pirámide alimenticia y los colores de las frutas y verduras. ¡Gracias!
La programación de esta actividad, detallando todas las situaciones de aprendizaje que han surgido durante el proceso de realización de la misma, está recogida en un documento que he creado y quiero compartir. Si vaís a hacer la actividad y os interesa, podéis descargarlo pinchando aquí o en la imagen.
En primer lugar, recibimos la receta en el aula. Sin nombrar la palabra "receta" preguntamos a los alumnos qué puede ser eso, qué creen que pone o para qué sirve. Anotamos sus ideas previas.
Después creamos una lista conjunta de lo que necesitamos para poder hacerla. Según el tiempo que tengamos, podemos hacer una lista más completa incluyendo platos, palos, servilletas, etc. Yo este curso tuve menos tiempo porque coincidió muy cerca de la celebración de Carnaval así que sólo escribimos la lista de las frutas necesarias.
Primero realizamos en un DINA3 la lista colectiva que veis. Salieron voluntarios a escribir los nombres de las frutas y dejamos un hueco para calcular y escribir después las cantidades. De acuerdo con el enfoque comunicativo, yo les animo a escribir "a su manera" el nombre de las frutas pero en este caso, las alumnas que escribieron, prefirieron copiarlos de la receta.
Después llegó el momento de calcular cuánta cantidad de cada fruta íbamos a necesitar y apuntarlo. En la receta no tenemos datos para saberlo y los niños suelen plantear cantidades "locas" con los números que conocen o sugieren comprar 20 piezas de cada fruta. Les expliqué que esto es mucho porque normalmente no desayunamos tanta fruta En la brocheta vamos a pinchar sólo trozos, así que necesitaremos menos.
Llamamos a mi compañera Isabel por teléfono y nos dijo que cada equipo debía comer 2 piezas de fruta de cada tipo. ¿Cuántas necesitaremos comprar entonces? Lanzar esta pregunta en el nivel de 3 años, cuando aún no han tenido mucha experiencia en la resolución de problemas, va a dejar pocos resultados lógicos así que lo que hicimos fue usar frutas de plástico. Nos las dejó Almudena mezcladas con animalitos por lo que, la primera tarea, fue separarlos.
Yo tengo el grupo dividido en 4 subgrupos (azul, verde, amarillo y rojo) así que dibujé en la alfombra cuatro cuadrados y marqué cada uno con una tarjeta de color. Tal y como nos había dicho Isabel, debíamos colocar 2 piezas de cada fruta en cada equipo. Ya esto resultó complicado para algunos niños pero fue precioso ver cómo los que estaban alrededor ayudaban a los que colocaban la fruta explicando verbalmente cómo debían hacerlo, rehaciendo los conjuntos de fruta para igualarlos y, en definitiva, poniendo en juego un lenguaje y unos procedimientos matemáticos muy ricos. Yo me limité a observar y sólo hacer preguntas o comentarios como "¿Crees que ya has colocado dos en cada equipo?" o "cuando creas que has terminado puedes parar".
Matemáticamente es interesante que cojan las frutas de un recipiente en el que haya más de las necesarias. Si dejamos sólo las 8 que vamos a necesitar, el alumno deberá repartirlas (que tampoco está nada mal como propuesta); pero si hay más, él debe decidir cuándo parar. Y el tomar esta decisión a mi me parece muy importante ya que no suele tener muchas oportunidades para hacerlo.
Una vez que tenemos dos piezas de cada fruta en los equipos, tenemos que contar el total que hay que comprar. Aquí hubo niños que primero sacaron todas las piezas de la misma fruta y después las contaron. Algunos, previamente, las colocaron en una fila. Otros niños las iban contando a medida que las sacaban de cada equipo de forma que una vez que habían juntado todas las mandarinas, ya las tenían contadas.
En esta fase, en general tuve que ayudar, porque aún hay alumnos con problemas de enumeración.
Después, los niños fueron escribiendo las cantidades en la lista de la compra. Algunos trazaban el 8 "a su manera" y otros necesitaban copiarlo.
- En otra sesión, les proporcioné una lista vacía para que escribiesen la suya propia y poder llevarla a casa para repetir la receta.
¡Ahora nos tocaba salir de compras! Con idea de trabajar la escritura del nombre de manera funcional y significativa y tener organizado lo que va a hacer cada alumno el día de la salida a la frutería; realizamos también una lista entre todos de lo que debemos llevar y quién se va a encargar: bolsas, monedero, las listas, etc.
Para asignar quién llevaría cada cosa, lo que hice fue meter todos los nombres en un saquito. Después leíamos una tarea, un niño sacaba un nombre al azar para que la realizase, lo leía y el que le había tocado, escribía su nombre junto a lo que debía llevar el día de la salida. Ese mismo niño era el encargado de sacar del saco y leer el siguiente nombre.
Para que todos los niños tuviesen algún cometido el día de la salida a la frutería, también asignamos encargados de pedir cada fruta y de llevarla. Para esto último elegimos dos o tres niños para que se pudiesen repartir el peso.
¡Vamos a la frutería! Ese día repartimos lo que tiene que llevar cada uno y repasamos las normas fundamentales: andar despacio, saludar educadamente en las tiendas, tocar la fruta sólo con guantes, etc. En la frutería el encargado de pedir cada fruta "leyó" lo que necesitaba comprar y la cantidad e introdujo en la bolsa las piezas necesarias mientras todos le ayudábamos con el conteo.
Y por último...¡a comer! Al día siguiente de la salida invitamos a los familiares que pudiesen para ayudarnos a leer la receta y preparar la fruta.
Prepararon además unas actividades muy chulas sobre la pirámide alimenticia y los colores de las frutas y verduras. ¡Gracias!
La programación de esta actividad, detallando todas las situaciones de aprendizaje que han surgido durante el proceso de realización de la misma, está recogida en un documento que he creado y quiero compartir. Si vaís a hacer la actividad y os interesa, podéis descargarlo pinchando aquí o en la imagen.
Muchas gracias por compartir tú trabajo Elisa! Es una propuesta muy completa para llevar al aula y qué los niñ@s aprendan de una forma significativa. El poder descargar la propuesta en un documento es todo un acierto
ResponderEliminarMe alegra mucho que te guste! Gracias por tu comentario! voy a ver si me da tiempo a ir haciendo más documentos como este..
EliminarElisa, completísima entrada. A ver si puedes mandar a la porra ya las fichas y puedes desarrollar más actividades como estas. Espero que las familias poco a poco se den cuenta de los aprendizajes que hay en este tipo de propuestas y empiecen a reclamar otras cosas que no sean las fichas sin sentido.
ResponderEliminarMe apunto la actividad y creo que cuando acabe todo esto y podamos volver al cole la voy a hacer porque justo tenemos una frutería a 3 minutos del colegio.
Gracias por compartir y ánimo con los peques en casa.
Laura.
Hola!!! Gracias por escribir siempre!!! :-) Pues sí, para mi sería genial poder desarrollar todo el currículo así. Pero bueno, vamos a ver si poco a poco mejoramos algo...
EliminarUn abrazo
Elisa
¡Hola Elisa! Muy interesante y divertida la propuesta. Estoy buscando ideas para ayudar a mi primo y a mi tía( que está muy agobiada) porque su hijo tiene 5 años y "no sabe leer". Está en el último curso de infantil y dice que en su clase no van tan adelantados en lectoescritura en comparación con la otra clase. Yo no sé muy bien qué pensar, me da un poco de coraje que algunos padres cuestionen el trabajo de los maestros, ya que yo soy estudiante de magisterio. Pero por otro lado quiero ayudarle y buscar ideas. La cuestión es que ni yo misma sé si a estas edades es temprano o no para introducir las minúsculas. He pensado hacerme con un libro que recomendaste en el blog : "Leer y escribir para vivir", a ver si así aclaro mis dudas.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola! Te he contestado en otra entrada sobre el libro. También está muy bien el de Didáctica de la lengua en educación infantil. Te van a ser muy útiles si preparas la oposición y por supuesto para trabajar. Sabiendo lo que viene ahí y entendiendo el tipo de propuestas que hacen, tienes esta parte de la enseñanza casi cubierta.
EliminarYo lo que recomendaría a tu tía es que fomente el interés en el niño. Todos los niños llega un momento que quieren saber qué pone en los sitios. A partir de ahí ayudarle a descifrarlo. Si sabe algunos sonidos, puede ir enlazándolos y si no, empezar por ahí, porque vea que cada letra tiene un sonido y que juntas, nos ayudan a leer palabras. Y luego, y muy importante, resaltar momentos de lectura en el día a día: vamos a leer7escribir la lista de la compra, con un calendario en la cocina en el que se apunten cosas importantes, notas a la familia o amigos, etc. Aprovechando en la medida de lo posible la vida de casa. No sé si me sigues en instagram pero a veces pongo notas espontáneas de mi hijo mayor que son un ejemplo de esto que te digo.
Mucho ánimo y suerte. De todas formas estamos en febrero. Tu sobrino aprenderá a leer seguro.
Saludos
Muchísimas gracias por el comentario, me compraré esos dos libros y le comentaré a mi tía lo que me has recomendado. Sigo tu Instagram también. No sé cómo descubrí tu cuenta pero me encanta y desde entonces, creo que hay otra manera de educar en educación infantil.
EliminarUn saludo.
Gracias a ti!!
Eliminarexcelente actividad de experiencia directa para los niños. Gracias po compartir
ResponderEliminarGracias!! Me alegra que te gustase!
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