A estas alturas del curso, niños, maestros y padres, estamos ya cansados. Más que del cole o del trabajo en sí, de las rutinas, horarios y ritmos exigentes que mantenemos durante el invierno. Nuestros alumnos de Educación Infantril necesitan ya un parón que les permita relajarse, estar "a su aire", dejar de oír el "venga, venga, vamos, date prisa,...".
No obstante, estos horarios fijos, rutinas y normas son los que les proporcionan seguridad y hacen que su comportamiento sea bueno. Si ellos saben qué va a pasar en todo momento, no hay hueco para la incertidumbre y no se necesita poner nada a prueba. Por eso, aunque nos relajemos durante sus vacaciones de verano, debemos seguir manteniendo unas normas y horarios, más flexibles pero no completamente diferentes a los del curso escolar. Así los niños se portarán mejor y el verano no se hará tan largo para ellos y sus familias.
Comparto con vosotros la hoja de recomendaciones para el verano que he entregado a las familias de mis alumnos. La podéis descargar pinchando aquí.
¡Feliz verano!
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