Me encanta cuando me encuentro con comentarios en las entradas o cuando recibo e-mails de algunos de vosotros con aportaciones para el blog. Hace unos meses me escribió Laura, una seguidora del blog, para recomendarme el libro
Bésame mucho, de Carlos González, como alternativa los métodos planteados en los libros de E. Estivill. Gracias.
Me ha aportado bastante como maestra en mi función de colaboración con la familia y unión de esta con la escuela.
A veces, juzgamos mucho y muy pronto la forma que tienen las familias de nuestros alumnos de educar a sus hijos. Se han extendido una relaciones causales en la sociedad que no tienen demasiada base evolutiva (coger en brazos--> bebés consentidos). Carlos González explica, desde el punto de vista de la evolución humana, comportamientos y sentimientos de niños y madres.
No tenemos que decantarnos necesariamente por que nuestro bebé duerma con nosotros a los dos años pero podemos entender que no siempre es "malo" para su educación ni es causa de otro tipo de comportamientos infantiles.
No hay una forma radicalmente buena o mala de educar y relacionarnos con los bebés y niños algo más mayores; y sobre la que basar nuestros consejos como maestras. Coger a un bebé cuando llora, no es malo o bueno sin más. Me ha gustado mucho leer cómo comportamientos como este son los que han salvado a bebés de los depredadores en condiciones de vida más hostiles. Por selección natural, sólo los bebés que lloraban y eran atendidos por sus madres, sobrevivían; y por tanto, estos comportamientos se han trasmitido a bebés y madres de todo el mundo generación tras generación.
No habrá que coger siempre a los bebés que lloran ni tampoco dejarles siempre llorar y llorar. Cada familia, con su bebé concreto y en su situación particular, actuará según su sentido paternal-maternal. Si nos piden ayuda como maestros, podemos dársela; pero no catalogando "crianza natural = mala, niños mimados" y "método Estivill o similares = bueno, disciplina".
Y por último, qué satisfacción cuando en un libro leemos párrafos como este: "...Todo nuestro sistema educativo está cabeza abajo. Cuanto menor es la edad del alumno, menos calificaciones y experiencia se exigen al maestro, y menos se le paga. Tendría que ser justo al revés: las cuidadoras de una guardería deberían estar mejor cualificadas y mejor pagadas que los profesores de la universidad, porque un bebé puede sufrir mucho con una mala cuidadora, pero un joven de veinte años puede pasar olímpicamente de una mala profesora de física...".
Cambiemos guardería por escuela infantil y cuidadora por educadora. Wert, tome nota e invierta en lo que de verdad va a mejorar la educación.
Espero que os guste el libro (
podéis encontrarlo aquí). Muchas gracias por vuestras aportaciones, sin las cuales el blog no tendría mucho sentido.