A mi me gusta mucho elaborar entre todos los niños de la clase y sus familias un libro temático que recoja algún aspecto de la vida del grupo: sus nombres, sus países de origen, sus lugares de vacaciones, sus comidas favoritas, sus abuelos, etc.
Me parece que ayuda a crear el vínculo afectivo entre alumnos, familias y yo, necesario para el disfrute y aprendizaje en el aula. Además es una vía excelente para trabajar la expresión oral, al ser los niños los que a partir de un trabajo elaborado con sus padres y hermanos, deben compartir toda la información recogida. Y deben explicarlo lo mejor posible para que sus compañeros y yo, que desconocemos esa información, nos enteremos de todo lo que han plasmado plásticamente en el libro.
Hacemos muchos libritos comunes pequeños en los cursos de 4 y 5 años sobre todo. Ya os he enseñado algunos en
entradas anteriores con recetas de nuestros alimentos favoritos,
adivinanzas, refranes... Pero esta vez os voy a enseñar uno de los los que hacemos a lo largo del curso, los famosos "libros viajeros". Todos ellos se hacen en un formato mayor y para presentar la información predomina el uso de técnicas plásticas frente al lenguaje escrito. Cada niño lo lleva un jueves o viernes y lo devuelve al cole un lunes o martes de la siguiente semana. El alumno nos cuenta todo lo que ha plasmado en sus páginas y lo dejamos en la biblioteca para verlo hasta que le toca llevarlo a casa al siguiente compañero.
El curso pasado, con mis alumnos de 5 años, creamos el libro "Mis abuelos y yo". Ya habíamos hablado de nuestros nombres en 3 años y de nuestros países de origen o lugares de vacaciones en 4 años. En 5 años quería trabajar la familia materna y paterna sin dedicar una unidad didáctica, de un modo más transversal. Además, me parecía importante meter a los abuelos dentro de nuestras asambleas de una manera "más formal" ya que habían surgido muchas veces en conversaciones espontáneas. Son ellos los que les cuidan cuando están malos, los que les traen al cole o les recogen, en sus pueblos pasan muchas vacaciones y comen en su casa los fines de semana.
Así que realizamos este libro con los objetivos siguientes:
1. Relacionar a los abuelos con nuestros padres.
2. Comprender las relaciones de parentesco: abuelos, tíos y primos.
3. Conocer el nombre, la procedencia y profesión de nuestros abuelos.
4. Mejorar la pronunciación y destrezas de comunicación oral.
5. Leer y escribir palabras y frases sencillas.
El libro constaba de una página por familia. En ella debían enseñarnos a sus abuelos maternos y paternos, contarnos en qué trabajaban o dónde viven o vivían, alguna curiosidad sobre sus vidas y todo lo que quisiesen compartir.
En la cara trasera se sugería realizar un árbol genealógico con ellos y sus hermanos, padres y abuelos.
Para realizar el soporte utilizamos un cuaderno en blanco y que nos daba la editorial del método y una carpeta de las que vienen con los cuadernillos de cada trimestre. Ambos los forramos y decoramos con fotos y con los nombres de los abuelos de los niños de la clase y los míos.
- La circular con las instrucciones que había pegada en la primera página.
- Las letras y fotos de la portada.
- El dibujo del árbol que sirvió de modelo.
- Todos los letreros interiores del libro que venían dados.
Y pinchando en la imagen podéis ver todas las fotos:
Y por último, me gustaría compartir un artículo de la revista Cuadernos de Pedagogía que habla sobre la presencia de los abuelos en el aula y que aunque es de hace ya unos años, sigue mostrándose actualizado. Podéis descargarlo pinchando
aquí.