lunes, 1 de julio de 2013

No se enseña en la universidad, pero también lo hacemos los maestros

Llegaremos el 1 de septiembre a nuestras aulas. Las del año anterior u otras nuevas. Ya de entrada es probable que tengamos que mover muebles (si la dotación es nueva, incluso montarlos), cambiar unas sillas antiguas por otras nuevas, limpiar el polvo acumulado en estanterías y juguetes durante el mes de Agosto... A los pocos días, ordenaremos los juguetes y el material. Los muñecos habrá que lavarlos y su ropita también (en nuestra lavadora), a las construcciones y coches hay que quitarles el polvo y cuando saquemos rotuladores, pinturas y lápices habrá que ver si pintan y sacarles punta. No estará de más pasar una toallita por gavetas y bandejas.

Nadie nos enseña que vamos a sudar moviendo muebles y limpiando el polvo de la clase. Es agotador y nos resta varios días del curso que podríamos dedicar a programar. Nadie nos dice que vamos a tener que sacar punta a cientos de lápices de colores y ceras con cierta regularidad y que nos van a salir ampollas al hacerlo. No se enseña en la universidad que cuando planificamos una salida, somos nosotros los que tenemos que recoger el dinero y, en muchas ocasiones, cambiar muchas monedas por muchos billetes. Y que el monedero y nuestro bolso esos días van a pesar más. Tenemos muy clara la normativa sobre cambiar a niños que se hacen pis o caca, pero no siempre se enseña a los maestros a dar más importancia a nuestro lado humano que a nuestras estrictas funciones como docentes. Y sí, muchas veces los maestros limpiamos a niños que lo necesitan. Sabemos que la escoba y la fregona están en el cuatro de la limpieza, pero también tenemos que saber que las usaremos para barrer la clase cuando juguemos con arena, cuando los niños traigan barro del patio o cuando haya vómitos o pises inesperados.

Y así podríamos enumerar muchas más cosas que se hacen cada día en un aula de Educación Infantil. Pero ¿forman parte de nuestro trabajo? Muchas de ellas no están dentro de las funciones que desempeña el tutor y que se recogen en los documentos oficiales. Podemos esperar y quejarnos de lo mal que funciona tal o cual organismo o podemos hacerlo con la seguridad de que con esas labores también estamos enseñando.

Ser maestros es enseñar con todo nuestro ser, con nuestros movimientos, con nuestras acciones y palabras y con el entorno que generamos a nuestro alrededor. Enseñamos cambiando un pis, enseñamos manteniendo nuestra clase limpia y ordenada, enseñamos dejando para pintar unos lápices bien afilados. Y sí, claro que los niños tienen que aprender a sacar punta a las pinturas. Pero ¿cómo van a hacerlo si no han disfrutado antes del placer de colorear con un lápiz afilado?

Para mí, ser maestros de Educación Infantil es proporcionar toda la logística para que los niños aprendan. Parte de esa logística nos la da la universidad porque nos enseñan a conocer a los niños, programar actividades y preparar materiales. La otra parte somos nosotros, nuestra casa, nuestras manos, nuestras lavadoras, nuestros monederos, nuestro tiempo, ....NUESTRA ACTITUD.

4 comentarios:

  1. Pues ya he afilado lápices, movido muebles para que queden unos rincones bien delimitados y darle intimidad al juego simbólico, tranquilidad al de la biblioteca, comodidad al de las construcciones... y hoy me he tirado la mañana, con un claustro de por medio, colgando carteles... Y sí, me encanta ser maestra de Infantil. Todos los preparativos los he llevado a cabo, pensando en la cara que pondrán el martes que viene. Descubrí hace poco tu web y hacemos algunas cosas en común. Gracias por compartirlo. Yo también lo hago en maestrapatri.blogspot.com

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario! Sí, es que es así. A mi me toca mañana limpieza!! Gracias por compartir tu blog! Un saludo

      Eliminar
  2. Hola Elisa. Siento que tienes toda la razón del mundo y me da un poco de lástima e incluso rabia, que haya profesores tanto de infantil como de otra etapa educativa con tan mala actitud en el aula con sus alumnos.
    Acabo de comenzar las prácticas de magisterio y estoy en un aula con niños de 4 años. La maestra tutora que tienen, no me gusta nada. No tiene paciencia, a veces grita y hace llorar a algunos niños. No se puede educar así.
    Menos mal que encontré tu blog y creo que algo estoy aprendiendo sobre cómo tiene que ser una buena maestra.
    Un saludo.
    Aitana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola! Muchas gracias por dejar tu mensaje. Cuánto siento que tu primera experiencia sea con una maestra así... aunque también se aprende al ver lo que no quieres hacer cuando tengas tu clase. Espero que tengas más suerte con las proximas maestras que vayas conociendo. Un saludo
      Elisa

      Eliminar

Gracias por dejar tu comentario! :-)