El otro día teníamos que hacer la ficha que véis, con el trazo del 7 y varios conjuntos que tenían ese número de objetos. A mi me parece bien que se practiquen las grafías de los números pero siempre y cuando los niños hayan vivido antes experiencias en las que el hecho de hacer dichas grafías correctamente les ha aportado una ventaja, y el no realizarlas bien ha supuesto un impedimento para, por ejemplo, ganar un juego.
En debates con compañeras sobre si es mejor fichas o trabajo manipulativo a veces las más pro-fichas argumentan que antes de hacer éstas se trabaja el contenido manipulativamente. Pero claro, si ese trabajo manipulativo simplemente es hacer conjuntos de tantos elementos y que las maestras los corrijamos o hacer el 7 en lugar de en papel, en la pizarra, ese trabajo manipulativo previo tiene casi el mismo sentido que la ficha. Y al final nos quedamos sin saber si los niños han interiorizado para qué sirven los números, si cuentan por sí mismos o simplemente imitan lo que ponen sus compañeros de equipo, si siguen mecánicamente puntitos sin saber ni de qué son, etc.
En debates con compañeras sobre si es mejor fichas o trabajo manipulativo a veces las más pro-fichas argumentan que antes de hacer éstas se trabaja el contenido manipulativamente. Pero claro, si ese trabajo manipulativo simplemente es hacer conjuntos de tantos elementos y que las maestras los corrijamos o hacer el 7 en lugar de en papel, en la pizarra, ese trabajo manipulativo previo tiene casi el mismo sentido que la ficha. Y al final nos quedamos sin saber si los niños han interiorizado para qué sirven los números, si cuentan por sí mismos o simplemente imitan lo que ponen sus compañeros de equipo, si siguen mecánicamente puntitos sin saber ni de qué son, etc.
Así que antes de hacer esta ficha estuve pensando algo verdaderamente manipulativo para hacer. Algo que debía cumplir los siguientes requisitos:
1. Breve: por desgracia no podía dedicar toda la sesión así que debía durar como máximo unos 15 minutos.
2. Que fuese un juego para los niños, y no una preparación para la ficha que propone la maestra. Y por tanto que no tuviese que corregirles yo.
3. Que escribir un número de forma legible fuese necesario para ganar dicho juego (algunos niños lo hicieron en espejo pero eso yo a principio de curso de 5 años lo considero legible).
4. Que necesitasen contar correctamente un conjunto de hasta 7 elementos para ganar.
5. Que yo pudiese hacer el material necesario en máximo 30 minutos, que es el tiempo que llego al cole antes de que entren los niños.
6. Que jugasen todos.
7. Y que se divirtiesen mucho.
Y después de tanto requisito estaréis esperando un súper juego. Se me ocurrió algo súper sencillo pero que les encantó y a mi me sirvió para conocer qué niños podían escribir correctamente el 7 y contar un conjunto de dicho número de elementos. Dibujé en medio folio pueblos de 5,6 o 7 casas sin tejado. Las casas de cada pueblo eran diferentes y su disposición también. De esta forma era un poquito más complicado para un niño saber a simple vista si tenía un pueblo igual que el de sus compañeros contiguos. Así todos debían pensar en su propio pueblo. Por detrás de la cuartilla ponía "¿Cuántos tejados necesito?".
La consigna para jugar fue: "¿Os acordáis del cuento ¡Qué cerditos tan mañosos!?* En el cuento lo último que se ponía a la casa era el tejado. Os voy a dar un pueblo con casas que aún no tienen tejado. Debéis mirar con atención vuestro pueblo y anotar por detrás cuántos tejados necesitáis construir para que todas las casas tengan uno. Cuando hayáis terminado dejáis la hoja con vuestro encargo en la mesa, delante de vosotros, y os iré dando tantos tejados como hayáis apuntado. Después los pegáis y si tenéis tejados para todas las casas y no os sobra ninguno, habéis ganado el juego".
Repartí pueblos de 5, 6 y sobre todo de 7 casas. De los que más había era de 7, que era el número y cantidad que queríamos trabajar, y por eso estos pueblos tenían disposiciones diferentes, una más "lineal" y otra más aleatoria.
Respecto a los resultados salió como esperaba. Ganaron todos los niños menos 2, los cuales copiaron los números anotados por otros compañeros del equipo que no tenían el mismo pueblo. Uno de ellos, al darse cuenta, rectificó y me volvió a pedir tejados correctamente. El otro alumno necesitó ayuda en el conteo a pesar de haber recibido un pueblo de solo 5 casas.
Y después de jugar se quedaron todos tan felices. Y ahora sí podía tener algo más de sentido practicar la escritura del número 7 por si otro día hacíamos otro juego y tenían que pedir cosas por escrito.
Bueno, pues el material como véis es muy sencillo porque no tenía tiempo para hacerlo en el ordenador. Como salió tan bien y es tan adaptable a cualquier contexto y a cualquier edad os lo recomiendo muchísimo para hacerlo con vuestros alumnos. ¡Yo voy a repetir seguro!
*Hemos estado trabajando las casas y casualmente unos días antes les había contado un cuento chulísimo titulado ¡Qué cerditos tan mañosos!, en el que continuando la historia de Los tres cerditos, los cerditos que habían perdido su casa se construyen una de ladrillo. Como creo que está descatalogado os dejo el vídeo.