Ya sé que Fulanit@ se fue a la boda de sus amigos y dejó a su bebe de 3 meses (o incluso de 1!) con sus abuelos. Ya sé qué Menganit@ sigue viajando por el mundo con su bebé en la espalda. Ya sé que Juanit@ queda los viernes con sus amigos/as aunque tiene un bebé. Ya sé que hay padres y madres que van a los cumpleaños de sus amigos incluso llevándose a su hijo. Ya sé que otros celebran sus aniversarios yéndose el fin de semana fuera y tienen hijos. Ya sé que puedo dejar a mi hijo siempre que quiera con sus abuelos o tíos. Ya sé que no pasa nada si le llevo a una celebración a las 8 de la tarde y se duerme en el carro. Ya sé que Paquit@ sigue trabajando en nosedonde y publicando libros y ha tenido un hijo hace poco. Ya sé que no hay por qué renunciar a todo por tener un hijo. Ya lo sé. Pero no quiero. No quiero adaptar a mi hijo a mis planes. Quiero adaptarme yo a los suyos (mientras me deje). Simplemente porque me gusta. Me encanta estar con él. Me gusta más que cualquiera de las alternativas o planes anteriores.
Y, aunque no
haría falta justificarse, a veces tengo que hacerlo. Menos mal que sé que los
bebés necesitan estar con sus padres. Sé que durante muchos años los niños sólo
aprenden cosas jugando a cosas en 3D real y no virtual. Sé que no es tan
importante lo que hacen mientras van al 35 cumpleaños de nuestro amigo como lo
que no hacen en ese momento. Sé que el parque es mejor que cualquier teatro,
extraescolar o actividad “cool” que nos ofertan desde que un niño nace. Sé que
tengo alumnos que con 3 años no saben cómo jugar con la cocinita o los
bebés o se aburren a los 2 minutos de darles unos cuantos vehículos y una
alfombra con carreteras. Sé que sus mejores estímulos son su casa, nuestra voz
y objetos cotidianos. Sé que aunque todas las tardes de la semana hagamos casi
lo mismo y juguemos en casa o en el parque, ese juego nunca es igual. Sé que si
mi hijo “no para” con 2 años tengo suerte porque está desarrollando su cerebro
y todo lo que conlleva, aunque no esté sentado en un restaurante mientras yo
como con mis amigos. Sé que es fundamental su rutina. Sé que pasados los 3 años
lo que quiere es “hablar” con niños y no con adultos, aunque se ría con ellos
(qué estará pensando?) ...
Y lo que verdaderamente sé es que no quiero perderme ni un minuto de mi
hijo porque en ese minuto ha aprendido una cosa nueva y quiero enterarme. Y si
estoy fuera, si no estoy junto a él,
si no le estoy mirando, si estoy luchando por atender a la conversación
de mis amigos, no puedo.
Y aun no
queriendo, el día a día hace que inevitablemente nos perdamos infinidad de
minutos mientras trabajamos, cocinamos, limpiamos, recogemos, vamos al médico, hablamos
por teléfono con el técnico del frigorífico, o con nuestra pareja al llegar a
casa.
Aun así, ha
habido veces, muy pocas, que me ha apetecido salir a cenar con mi marido, irme
al cine, ver a alguna amiga, ir a una boda sin él, salir de compras o irme a
dar un masaje. Y también ha habido veces en las que me lo he llevado con mis
amigos aun sabiendo que yo no iba a disfrutar ni del niño ni de los adultos. Y
otras veces lo he hecho por una extraña convención social por la que
últimamente se ve mal que quieras ser la típica madre que se pasa tan feliz las
tardes en el parque viendo como su hijo se columpia o se tira por el tobogán. Y
si se puede, hablando mientras con alguien, que ni tiene por qué ser tu amiga.
Pero sólo si se puede. Y si llueve, pintando en casa o jugando a lo que él
quiera.
Sí, a lo que él
quiera. Jugar a lo que él quiera o adaptarnos a sus planes no es maleducarlo ni
consentirlo. Porque mientras hacemos esos planes, de niños, no de adultos en
los que se pueden llevar niños, él aprende lo que tiene que aprender en esos
momentos y se educa en lo que se tiene que educar en esos momentos (dos listas
bastante largas). Y sí, claro que tiene que aprender a respetar los gustos y
planes de sus padres. El día a día presenta muchísimos momentos en los que no le va a quedar otro remedio. Y si no, no hay problema, con 17
años (por tirar por lo alto) será absolutamente respetuoso con los planes de su
padre y míos y no querrá que juguemos a lo que él quiera.
Somos una generación
que ha podido hacer muchas cosas antes de tener hijos: cumpleaños, viajes,
salir bastante, hobbies, mejoras profesionales… A veces me parece que el
problema es que renunciar a todo esto cuesta y es mucho más fácil meter a tu
hijo ahí que salir tú de tu zona de confort para pasar a la de un niño.
No me preocupa
hacerlo porque el 99,9 % de las madres con las que me he cruzado desde que soy
madre y que tienen hijos ya mayores, han coincidido sólo en una cosa: disfruta de tu hijo porque crecen
muy rápido. Te lo dice hasta la vecina que no te conoce de nada. También te
dice alguna barbaridad o se mete donde no la llaman. Pero en que disfrutes de
los niños mientras se dejen, es en el único consejo gratuito en el que
coinciden todas. Y justo hace una semana me decía una compañera del trabajo:
“Dentro de nada te sentarás en el sofá con tu marido y os diréis “Ya estamos
solos los dos otra vez”. Dicen que la vida, y los hijos, vuelan.
cuánta verdad Elisa! y gracias por este espacio en el que compartes tantas cosas :) estoy aprendiendo muchísimo y mis alumnos te lo agradecen aunque no lo sepan ;)
ResponderEliminarGracias a ti por tu comentario. Me alegra que te guste el blog. Un saludo
EliminarElisa
totalmente de acuerdo! que razón tienes!
ResponderEliminaraprovecho para agradecerte todo lo que compartes en tu blog, ni te imaginas lo que he podido aprender y el mundo que he descubierto a través de todas las actividades y libros que recomiendas.
mil gracias
Muchas gracias! Me alegra que el blog te esté sirviendo.
EliminarUn saludo!
Elisa
Qué bonito te ha quedado Elisa, tienes razón, para lo demás siempre hay tiempo, para ver crecer a tu hijo no ;)
ResponderEliminarUn abrazo!!
Gracias Laura.Un beso!
EliminarTotalmente de acuerdo. Esto también es buena crianza y tu hijo no sabrá por qué pero tú sí. ¡¡¡Enhorabuena !!. No cambies . Es precioso.
ResponderEliminarGracias!!! Un beso
EliminarQuerida amiga Elisa , cuánto te admiro, cada día más, lo más importante en la vida es poder sentir y poder dedicarte todo lo que se pueda a nuestros hijos , volver a nuestra niñez gracias a ellos , cada minuto de su vida es algo mágico que no se puede describir .
ResponderEliminarYo pienso como tú , poder compartir con el su aprendizaje es lo que me hace sentirme genial , viva y enamorada de Javier, al igual que tu de P. un beso
Muchas gracias Raquel!!! Tenemos que disfrutarlos, que son un encanto!!!Un abrazo muy fuerte
EliminarElisa
Yo soy igual que tu,solo e dejado a mis hijos por alguna urgencia.
ResponderEliminarMe critican y me dicen pq no hago mas cosas y lo dejo con las abuelas.
Incluso si alguna abuela o cuñada me dice dejame los niños un dia que me los lleve y los disfrute les digo venid y los disfrutamos todos,luego me llaman egoista por que no los dejo.
A mi me pasa lo mismo.... somos una minoría "rara" pero lo que disfrutemos con ellos nadie nos lo puede quitar. Gracias por dejar tu comentario. Un saludo
EliminarElisa